Es una tarjeta de crédito que permite aplazar los pagos aunque no se dispongan de fondos en la cuenta asociada, es decir, sin importar el nivel de liquidez; es como una tarjeta de crédito al uso, la diferenciación está en que una tarjeta revolving permite a su propietario aplazar la devolución del dinero en vez de pagar en la fecha de liquidación, es decir como un préstamo de consumo.
Los pagos se harán según cuotas acordadas y aplicando los intereses remuneratorios que le correspondan, normalmente intereses muy altos en un marco de comercialización poco transparente. Este funcionamiento ha inducido a caer en un bucle de endeudamiento a muchos consumidores, a los cuales, normalmente, les cuesta mucho dejar la difícil situación.
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La utilización de las tarjetas revolving
Si no puedes devolver la totalidad del crédito a mes vencido en cuyo caso esta tarjeta funcionaria como una tarjeta de crédito normal existen dos opciones para pagar el saldo dispuesto del crédito revolving, las entidades emisoras intentan de forma más o menos transparente que el pago se aplace para poder cobrar intereses por lo que intentan promocionar estos dos tipos de pagos:
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Pagar una cantidad fija.
Si se tiene establecida esta forma de pago, se abonara una cuota fija mensual hasta solventar por completo la deuda. A este tipo de pago también se le establecen unos mínimos y máximos.
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Pagar un porcentaje.
Si se tiene establecida esta forma de pago, pagan un porcentaje fijo de la deuda cada mes. Se suele aplicar un porcentaje mínimo y máximo, normalmente entre el 5% y el 25%. Lo que quiere decir que si su porcentaje aplicado es del 5% el propietario de la tarjeta revolving tendrá que abonar el 5% de la deuda cada mes.
Estas tarjetas se venden como un instrumento de pago flexible, que te permite disponer de fondos adicionales que a medida que vas usando y disponiendo del crédito pactado tendrás acceso a menos dinero, ya que el sueldo dispuesto se irá reduciendo; y luego lo repondremos a plazos, convirtiendo de nuevo el capital en disponible.
El límite de crédito y la forma de devolución se estipulan en el contrato de la tarjeta, de ellos dependerán los intereses a aplicar; y estos pueden oscilar de reducidos, casi inexistentes, (cuando se opta por realizar pagos totales) a muy elevados (cuando se opta por pagos aplazados.
En conclusión, una tarjeta revolving funciona realmente como un crédito de consumo.
¿Merecen la pena?
Estas tarjetas son un producto financiero difícil de entender, y haciendo un mal uso puede aumentar rápidamente el volumen de endeudamiento, incluso llevar a la quiebra a los clientes en casos extremos.
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